LA historia comienza en 1.868. Ante las ventanas de los talleres de IWC en Schaffhausen, el Rin fluye apaciblemente. Pero sólo unos kilómetros más adelante se precipitará por las impresionantes cataratas que, entre otras cosas, han hecho famosa a la ciudad de Schaffhausen. Allí comenzó hace 140 años la leyenda de una empresa cuya historia se continúa escribiendo aún en nuestros días. Florentine Ariosto Jones, ingeniero y relojero norteamericano, con tan sólo 27 años era ya director de la fábrica de relojes F. Howard & Cie. En Boston, por entonces una de las principales fábricas de relojes de América del Norte. Aunque la mayoría buscaba la fortuna viajando hacia el Oeste, Jones hizo lo contrario: atravesó el Atlántico e inició su camino a Suiza, país que contaba con mano de obra barata.

Fábrica de relojes IWC International Watch Co

La figura de un barco de vapor del Mississippi adorna la caja de un reloj de bolsillo Savonnette de 1874

Pretendía fundar aquí la <> y fabricar, con el personal altamente cualificado de Suiza y las máquinas más modernas procedentes de ultramar, movimientos de alta calidad y piezas de relojes para el mercado americano. Sin embargo, Jones no había contado un detalle: el personal cualificado de la región de Ginebra y de los valles de Jura, temiendo por sus puestos de trabajo, se opuso a los planes del <intruso>.
Por suerte, encontró al relojero y fabricante Johann Heinrich Moser, que había instalado en Schaffhausen una central hidráulica accionada por agua del Rin.

La mansión de la manufactura IWC. La toma es probablemente de 1890

La mansión de la manufactura IWC. La toma es probablemente de 1890

Para esta energía motriz tan barata encontró muy pocos clientes. Sin embargo, esto era lo que Jones necesitaba, por lo que se trasladó a Schaffhausen. Allí fundó en 1.868 una fábrica de relojes: la IWC International Watch Co.
El primer reloj de la historia mencionado documentalmente se fabricó ya en el año 1.409 en el monasterio de Rheinau, situado diez kilómetros río abajo.
Este reloj estaba destinado a la Iglesia de St. Johann en Schaffhausen. La ciudad contó, ya desde 1.583, con una corporación de relojeros. De allí procede la mundialmente conocida dinastía de los Habrecht, que creó para la Catedral de Estrasburgo uno de los relojes astronómicos más famosos.

Vista del calibre Jones con el típico índice de raqueta
Vista del calibre Jones con el típico índice de raqueta

Sin embargo, fue Jones quien inició definitivamente una nueva era en la ciudad renana. El hombre de Boston, además de empresario, era un excelente diseñador de relojes.
Bibliografía: IWC Editorial 140 aniversario.