Parte 1 :

1860-1892

De un mundo a otro…

En 1854, Edouard Heuer se instala en Saint-Imier, en la región del Jura suizo.

Sólo tiene 20 años cuando funda en 1860 la casa Edouard Heuer en Saint-Imier. Es el inicio de una extraordinaria aventura relojera.

DESHACERSE DE LA LLAVE…

En aquella época los relojes se armaban mediante una llave, pero en 1866 Edouard Heuer crea un sistema de remontaje con corona gracias al cual se hará famoso. En 1873, Heuer presenta sus relojes en la Exposición universal de Viena. Obtienen un éxito inmediato. Importantes manufacturas estadounidenses atacan el mercado europeo de la relojería. Edouard Heuer será uno de los relojeros suizos que reaccionarán desarrollando más innovaciones.

…Y APOSTAR POR EL FUTURO.

Sobre el agua, la hierba, la ceniza de las pistas y, pronto, el asfalto de las carreteras, surge la alta competición deportiva y la medición del tiempo adquiere una importancia creciente. Edouard Heuer es consciente de ello y desde 1882, será uno de los primeros relojeros en fabricar cronógrafos de bolsillo en serie.

En 1887, con su famoso piñón oscilante, que siguen utilizando los cronógrafos mecánicos de las principales marcas relojeros, obtiene una patente decisiva.

Este invento convertirá a Tag Heuer en la referencia en materia de cronógrafos y de instrumentos de cronometraje deportivo de alto nivel.

En 1889, durante la Exposición Universal de París, Heuer recibe una medalla de plata por su colección de cronógrafos de bolsillo. Cuando muere en 1892, Edouard Heuer ha fijado las bases de una dinastía relojera dotada de una energía incomparable y del espíritu de innovación que tanto apreciaba, una dinastía que atravesará el siglo de todas las aceleraciones.

1893-1950

TAG Heuer acompaña a la historia cuando ésta se acelera…

Jules-Edouard y Charles-Auguste Heuer suceden a su padre y gracias a la audaz intuición paterna, la marca TAG Heuer domina el sector de los contadores deportivos y de los cronógrafos de calidad.

En 1911, la empresa presenta Time of Trip, primer cronógrafo de a bordo para automóviles y en 1916 desarrolla el Micrographe, el primer instrumento que permite medirel tiempo con una precisión de una centésima de segundo. Hasta 1969, se fabricarán miles de ejemplares de este instrumento, mediante el cual el cronometraje alcanza una exactitud rigurosa.

Asimismo, el Micrographe permitirá a Tag Heuer convertirse en el proveedor oficial de los contadores deportivos para los Juegos Olímpicos de Amberes (1920), París (1924) y Ámsterdam (1928).

A partir de 1928, los primeros slalom y bajadas de esquí alpino serán cronometrados por Tag Heuer. En 1933, la marca lanza Autavia, primer contador de a bordo para automóviles y aviones. En 1953, un DC6 vuela a Europa  a Estados Unidos en menos de 12 horas, llega el Twin-Time con dos agujas: un reloj que da la hora del país de partida y la del país al se viaja.

Progresivamente, gracias a su creciente renombre, las creaciones TAG Heuer seducen a las personalidades famosas: tras el General Eisenhower en 1945 y el Príncipe Guillermo de Suecia, el Rey de Tailandia Bhumibol adquiere varios cronógrafos de pulsera TAG Heuer.